Ni redes de banda más ancha ni espacios coworking más profesionales ni portátiles más potentes. El teletrabajo se ha impuesto porque en determinadas empresas y puestos de trabajo no había otra forma de continuar la actividad durante el confinamiento. Esta quiebra de la normalidad empresarial y profesional puede que se mantenga en el futuro, que se convierta en la nueva normalidad.
Tanto las grandes empresas tecnológicas como las PYMES locales animan a sus trabajadores a continuar su actividad desde casa. La productividad se mantiene y las ventajas en la reducción de costes para las empresas son claras. Aún es necesario resolver algunas cuestiones como el mantenimiento del espíritu de equipo, la generalización de algunas herramientas colaborativas, la separación entre la vida personal y la laboral o la coordinación entre componentes de un mismo proyecto, que se resolverán, sin duda.
Se intuye un cambio de paradigma en el que el talento estará más disperso y las regiones pelearán por atraerlo: ¿qué incentivos veremos para empleados por parte de ciudades medianas o municipios rurales?
El teletrabajo puede permitir mantener los sueldos de los trabajadores en ciudades o en pueblos donde el hogar y la vida son más baratos. Incluso aunque el salario se pondere en base a factores como el lugar de residencia (Facebook ha anunciado que lo aplicará para quien quiera salir de sus oficinas), puede resultar buena alternativa.
Por la situación de pandemia y de confinamiento se han reducido los viajes, sustituidos por video reuniones a través de diferentes plataformas y aplicaciones. Asimismo, se ha multiplicado la utilización de servidores en la nube para compartir documentos y aplicaciones. Ahora sí es posible plantearse vivir en el campo con una buena conexión a Internet.
Actualmente, Madrid y Barcelona absorben gran parte del talento tecnológico e innovador, dejando una pequeña parte para otras provincias grandes como Sevilla o Valencia, y muy poco para el resto. Sin embargo, el aumento del teletrabajo en las empresas representa una oportunidad para que otras ciudades y provincias diferentes de Madrid y de Barcelona puedan retener o incluso acoger a los trabajadores procedentes de grandes capitales que prefieren un ritmo de vida más tranquilo y un coste vital menor.
Algunas CCAA (por ejemplo: Madrid o Valencia) tienen planes y potentes iniciativas (por ejemplo: La Lanzadera) para atraer y retener el talento deslocalizado. La JCYL también tiene su propio programa de atracción del talento: mediante ayudas a la contratación investigadores, desarrollo de plataformas de conexión entre empresas y profesionales, etc.
Estas medidas se pueden complementar desde los Ayuntamientos, por ejemplo:
- Fomento de un mercado inmobiliario especialmente pensado para acoger teletrabajadores, mediante exención de tasas o ayudas a la inversión: espacios coliving, además de espacios coworking ya existentes; no todo tienen que ser apartamentos turísticos
- Puesta en valor de las facilidades de comunicación física (transporte público) y comunicación virtual (red de fibra óptica) y de la calidad de vida y de salud en las ciudades medianas o en los municipios rurales
- Creación de ecosistemas de colaboración entre profesionales de diferentes ramas y especialidades, que a su vez atraigan talento
- Facilidades administrativas y financieras para la instalación y la acomodación de los teletrabajadores
- Programas de potenciación del emprendimiento y del desarrollo de ideas innovadoras
- Promoción de canales de financiación pública y privada para el desarrollo de las actividades
Los beneficios y el impacto económico para la ciudad parecen claros, pues parte del dinero ingresado por estos teletrabajadores, procedente de sus empresas, se emplearía localmente. Por lo tanto, habrá competencia, igual que en el turismo o en la industria, ahora también, por los teletrabajadores. Cada ciudad ha de ofrecer lo mejor que tiene para atraer a estos teletrabajadores. Por ejemplo, en La Zona Líquida de Riba-roja d’Ebre ofrecen un coworking municipal gratuito para cualquiera que quisiera usarlo.
